En nuestro restaurante de pollo asado, sabemos que un buen pollo no se trata solo de cocinar, sino de perfeccionar cada paso del proceso. Desde la elección del pollo hasta la última vuelta en el horno, cuidamos cada detalle para ofrecerte un sabor inigualable.
Nuestro pollo asado no es solo un plato más; es una especialidad que nuestros clientes eligen una y otra vez. ¿Qué hace que el nuestro sea tan especial? Hoy queremos contarte un poco sobre los secretos detrás de la jugosidad, el aroma y ese toque inconfundible que lo distingue y lo ha convertido en el favorito de tantos. Prepárate para descubrir por qué el pollo asado de Cervecera Zalla es el plato que te hará regresar.
Selección del pollo: la base de todo
Aquí en Cervecera Zalla sabemos que el secreto de un buen pollo asado empieza, como todo lo bueno, desde la raíz. No elegimos cualquier pollo, y eso se nota. Solo trabajamos con pollos frescos y de calidad, que no han visto congelador en su vida, porque sabemos que ese sabor casero que tanto te gusta no se consigue con trucos. Vamos, que si el pollo no es de primera, ¡ni al horno lo metemos!
Trabajamos con proveedores de confianza, los de toda la vida, que entienden bien el mimo y cuidado que exigimos. Estos pollos vienen directito de granjas donde se crían bien alimentados y en condiciones óptimas, ¡nada de esos pollos ‘de gimnasio’ que no saben a nada!
Además, siempre escogemos pollos de tamaño justo: ni muy grandes, ni muy pequeños, porque, créenos, el tamaño importa. Con un pollo demasiado grande, o pequeño, no conseguiríamos esa cocción pareja que da como resultado la piel crujiente y la carne jugosa que todos conocemos.
Así que, antes de que el pollo toque nuestro horno, ya viene diciendo ‘¡échame esas hierbas!’ porque sabe que aquí lo cuidamos como merece. ¡Es la base de todo nuestro sabor!»
Marinado: El toque que marca la diferencia
Ahora, vamos con el toque mágico: el marinado. Aquí no hay secretos… bueno, sí los hay, pero no te los vamos a contar todos. Tenemos nuestra mezcla especial de especias y hierbas que lleva años perfeccionándose y que le da al pollo ese ‘puntito’ que tanto gusta. Es una combinación que hemos probado y retocado hasta dejarla en su punto, y aunque no podemos decirte qué lleva, sí te podemos decir que es una mezcla de ingredientes naturales que se hace con mimo y cariño. Nada de cosas raras.
Este marinado no solo le da sabor al pollo, sino que también lo llena de jugosidad. Cuando dejamos que repose en nuestras especias (ahí, tranquilito, cogiendo sabor), todo ese aderezo se mete bien en la carne, haciendo que cada bocado esté lleno de sabor y que la carne quede tierna y sabrosa. No vamos a dar tiempos exactos, pero para que te hagas una idea, no es algo que hacemos corriendo: dejamos que el pollo repose lo suficiente para que quede perfecto.
Así que, cuando ves ese pollo doradito y lo hueles desde la mesa, ya sabes que lleva horas de preparación. Y, créenos, vale la pena. ¡Una probadita y lo sabrás de inmediato!
Técnica de asado: la magia de la paciencia
Creemos que para asar un buen pollo hay que armarse de paciencia. No hay prisa cuando se trata de darle al plato el cariño que se merece. Nuestro secreto está en la técnica de asado a baja temperatura: un proceso lento que permite que el pollo se cocine parejo, sin perder ni un ápice de jugosidad. Y ya te decimos que este no es el típico asado de ‘darle una vuelta y ya’. Aquí el pollo está en el horno el tiempo que haga falta para que quede perfecto.
Durante la cocción, nos aseguramos de que el calor se distribuya de forma uniforme, cuidando que la piel se dore lentamente hasta volverse crujiente, como debe ser. Esta técnica no solo hace que la piel esté para chuparse los dedos, sino que mantiene la carne jugosa por dentro, con ese sabor que se deshace en la boca.
Tenemos nuestros tiempos, temperaturas y esos pequeños trucos que solo se aprenden con años de práctica (¡que no podemos contar!). Pero sí te podemos decir que este asado está vigilado al milímetro; no dejamos que el pollo salga del horno hasta que esté justo como nos gusta.
Porque, para nosotros, un buen pollo asado es un arte que se mide en tiempo, paciencia y en esas pequeñas señales que nos dicen que ya está listo para hacerte feliz en cada bocado.
Recetas y acompañamientos especiales
Ahora, ¿qué es un buen pollo asado sin sus acompañamientos de toda la vida? Aquí, creemos que cada bocado debe ir bien acompañado, y por eso te ofrecemos una variedad de opciones que complementan a la perfección nuestro plato estrella.
Para empezar, tenemos nuestras patatas asadas: doradas por fuera y tiernas por dentro, ideales para absorber todos esos jugos del pollo. Luego están los pimientos verdes, asados hasta que sacan ese toque dulce y ahumado, perfecto para contrastar con el sabor de la carne.
Y, claro, para quienes quieren algo fresco, nuestras ensaladas son el equilibrio perfecto, llenas de ingredientes frescos y con el toque justo de aliño.
Y eso no es todo, también encontrarás otros clásicos como el pan de la casa, crujiente y recién horneado, que nunca puede faltar para ir ‘rebañando’ los sabores del plato. Cada uno de estos acompañamientos está pensado para realzar el sabor del pollo asado, haciendo que cada bocado te deje queriendo más.
En Cervecera Zalla, no solo vienes a comer pollo, ¡vienes a vivir una experiencia! Porque sabemos que un buen asado siempre sabe mejor con una buena compañía en el plato.
Así que ya lo sabes, aquí no hacemos un simple pollo asado. Desde la selección de los ingredientes hasta el toque final, cada paso está pensado para darte una experiencia que va más allá del plato. Queremos que, cuando pruebes nuestro asado, sientas ese cariño y dedicación que ponemos en cada bocado.
Te invitamos a venir y disfrutar de nuestro plato estrella y de todos los detalles que lo acompañan. Porque, al final del día, lo que queremos es que te sientas como en casa, saboreando ese pollo asado que ya se ha vuelto parte de nuestra historia y, esperamos, parte de tus momentos especiales.
¡Te esperamos para compartir nuestra pasión contigo!
